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El estrés es una respuesta de tensión física y mental hacia algunas situaciones que se perciben como amenazas.

Como se trata de un proceso natural, cuando se reconoce y se mantiene controlado, se vuelve productivo y puede ayudar a los colaboradores a tener más energía e impulsarse a resolver los desafíos y lograr los objetivos planteados.

Por el contrario, cuando esta tensión no se maneja de manera adecuada y se mantiene por un tiempo muy prolongado, el empleado puede tener repercusiones en el desempeño dentro de la empresa, en la relación con el equipo de trabajo e incluso afectar su salud física y emocional.

Existen factores ambientales que podrían contribuir significativamente a la generación de niveles tóxicos de estrés; uno de ellos es la cultura organizacional. Si la empresa se caracteriza por tener una cultura de competencia intensa, existe mucha presión, no se respetan las jornadas laborales o no se brindan espacios de descanso necesarios, sus colaboradores tienen mayores posibilidades de resentir los efectos negativos.

Otro aspecto que se debe tomar en cuenta es que, el aumento del estrés en el colaborador se puede producir si se aumenta de manera considerable la carga del trabajo, ya que implica la presión de conseguir resultados. Incluso, cuando cambia de equipo, departamento o incluso de empleo, necesita energía para aprender los nuevos procesos, así como adaptarse al ambiente y a los nuevos compañeros. Un liderazgo poco efectivo, también, contribuye a generar tensión dentro del equipo.

Por otro lado, las características de personalidad de cada empleado influyen, en gran medida, para controlar el estrés dentro del trabajo. Aspectos como baja autoestima, falta de confianza, miedo al fracaso o poca inteligencia emocional, hacen que los niveles se disparen.

Si un empleado mantiene estos niveles altos de estrés por un tiempo prolongado; en primer lugar, se reduce significativamente la productividad, ya que, al sentirse con tanta tensión y agobio, constantemente comete errores, afectando el desarrollo de sus actividades e incluso provocando ausentismo. Esto también puede repercutir en la productividad del resto del equipo de trabajo y afectar el logro de las metas organizacionales.

Las consecuencias del estrés, no sólo son a nivel laboral, ya que incluso la salud física y mental se deteriora. Complicaciones como dolores de cabeza, enfermedades del estómago, insomnio, ansiedad, agotamiento e incluso problemas cardiovasculares pueden impedir que las personas tengan un desarrollo óptimo en todos los ámbitos de su vida.

Algunas técnicas que pueden ayudar a disminuir los niveles de estrés son: realizar ejercicio, alimentarse sanamente y tener buenos hábitos de sueño. En el ámbito laboral, priorizar las actividades a realizar, ordenar el escritorio de trabajo e incluso tomar pequeños descansos durante el día, contribuye a mantenerse organizado y enfocado para realizar las funciones adecuadamente y lograr los resultados esperados. Es importante, también, equilibrar el ámbito personal y laboral.

Dentro de la organización, el área de Recursos Humanos, también, debe poner especial atención al bienestar de los empleados y detectar las señales para crear estrategias efectivas y sobre todo brindar herramientas necesarias para que los miembros de la organización puedan manejar de una manera más saludable estos niveles de estrés, con la finalidad de optimizar su desarrollo.

En DOit Beyond Limits apoyamos a las Organizaciones en la estrategia y planes de iniciativa para el cambio. Junto con nuestros consultores certificados, brindamos asesoría personalizada sobre la estrategia de comunicación y sensibilización, además de diseñar intervenciones específicas para una implementación exitosa y reducir, en los colaboradores, el estrés que conlleva este proceso.

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